EN HONOR A LAS MADRES
MERY SHELLEY
Hace unos días celebrábamos el día de la madre. Todos creemos que tenemos a la mejor y que la nuestra es única, y ninguno de los que lo pensamos esto estamos equivocados del todo. Una madre nos riñe, nos educa, nos da todo el amor posible y también nos inspira. Son muchos los grandes políticos, cineastas, actores o figuras públicas en general que han proporcionado emotivos discursos en honor a sus madres. Y es que, es difícil que una figura tan importante en la vida de un individuo no marque o inspire una trayectoria.
Cuando pensamos en figuras reconocidas, en este caso del mundo literario, como lo es Mary Shelly, tendemos a centrarnos en su obra; la reconocemos por ser la autora de Frankenstein y, a diferencia del interés que nos despierta la vida de muchos rostros públicos de la actualidad, dejamos de lado su vida personal, ya que, al fin y al cabo, murió hace más de un siglo. Pues bien, la historia de Mary Shelley no pasa desapercibida, sino que, aunque llena de desgracias, es más bien digna de la prensa rosa de aquella época. La creadora de la que hoy en día consideramos la primera obra de ciencia ficción, inició una relación sentimental con un hombre casado, un escándalo para la época, y perdió a tres de sus cuatro hijos, además de no conocer a su propia madre.
Mary Wollstonecraft, filósofa y pionera feminista, alumbró el manual feminista Vindicación de los derechos de la mujer(1792). Aunque no llegaron a conocerse, ambas escritoras se caracterizaron por ser valientes, apasionadas y visionarias. El radicalismo filosófico de su madre fue determinante para Shelley, alimentando su empeño de ser alguien en la vida y de crear una pieza maestra por derecho propio. Mary, a menudo, acudía a la tumba de su madre a escribir y leía sus obras, y aunque el sentimiento de culpabilidad por la muerte de esta en el parto no desapareció, se planteaba qué pensaría ella de su obra y siempre tuvo a su madre como heroína y como referente.
Así pues, podemos afirmar que gracias a la inspiración que recibió la escritora británica por parte de su madre, incluso ya fallecida, fue creada una de las obras maestra de la literatura universal más leídas, Frankenstein. Y es que, la figura de una madre, tan poderosa y querida, siempre inspira, y así fue como la defensa de los derechos de las mujeres y de la libertad fueron el espejo donde siempre se miró Mary Shelley y por eso, el legado de su madre fue el orgullo de su vida.