¿Qué hubiera sido de nosotros sin los derechos humanos? Los derechos humanos universales fueron creados el 10 de diciembre de 1948 en París, tras la Segunda Guerra Mundial, que causó la muerte de millones de personas por ser de una determinada religión, etnia o condición sexual.
Aquí se presenta la visión de un adolescente local sobre la importancia y el impacto de los DDHH en la historia.
A lo largo de la vida, las personas nos enfrentamos a injusticias. Pocos son los valientes que salen a defender sus ideales, como Nelson Mandela o Gandhi, sin embargo, una figura que marcó un antes y un después en lo que a racismo se refiere fue Martin Luther King. Luther es uno de los causantes de que Estados Unidos se deshiciera de la nube que cubría sus cabezas, llamado racismo, la aspiró y dejó un ambiente medianamente limpio; recibió un premio Nobel y, desgraciadamente, 4 años después, fue asesinado.
En el trayecto de la historia siempre ha habido soñadores que nos han abierto los ojos a través de sus palabras o acciones, a veces, de forma brusca, como la chispa de una mecha la cual crea las cenizas de una revolución por un cambio, normalmente más que justo. Tras años de una esclavitud injustificada y estereotipos simplemente marcados por el color de la piel, unos cuantos valientes alentaron a una nación oprimida a no aceptar tener que sentarse si había sitio en el fondo del autobús, donde tenías que sufrir acoso verbal y físico, menores oportunidades tanto en la universidad como en el trabajo, en definitiva, sin ser culpable, te sentías como si no tuvieses que valer absolutamente nada, como si no merecieras un simple asiento, estudios o dinero para alimentarte a ti, a tus hermanos o a tus hijos.
Así que, tras muchas injusticias, salieron en busca de libertad y de sentirse por primera vez humanos en un país donde se sentían escoria. Y para hacerse oír no hubo nadie mejor que un estadounidense de color y activista desde bien joven. Martin Luther King mostró la verdad, de tal forma que todos supiéramos ver y valorar su bando, hasta entonces perdedor. Su discurso fue como una lluvia en verano, donde tienes ganas de ella y necesitas que venga, y la sensación y olor de después hace que te sientas en paz. Cuando aparecen este tipo de personas, ves cómo se crea una esperanza real, que hasta la fecha solo lo podía ser en los sueños de los que querían luchar por un mundo mejor. Martin Luther King ofreció sus sueños a cambio de que pudiéramos cumplirlos.
La sociedad de hoy en día deja mucho que desear, siguen siendo muchos y muchas quienes juzgan a las personas por sus condiciones físicas, sexuales o económicas, y entienden que esa es la base para repartir derechos. Yo espero que algún día haya igualdad total, vivir en un mundo donde de igual tu color de piel, tu orientación sexual, tu género, por ello necesitamos más soñadores que nos cuenten un cuento, donde podamos ver con claridad un futuro en el que muchos queremos creer, pero pocos se atreven a vivirlo y hacerlo realidad; necesitamos personas que nos alienten y nos enseñen un camino que nos guíe hacia la igualdad y la justicia.
Martin Luther King fue una antorcha que iluminó, de nosotros depende que esa antorcha siga viva o muere. ¿Eres valiente?
Elena Rabadán, 1º Bachiller, IES Miralcamp.
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