~ REFLEXIÓN ~
Mediante este libro titulado
Más vivos que nunca, su autor Adrián Martínez Echarri pretende ampliar el conocimiento sobre la importancia del latín y el griego en la actualidad. Intenta darle un sentido y una respuesta a una pregunta muy común en la actualidad que es: ¿para qué sirve estudiar griego y latín si son lenguas que ya están muertas?
Pues, por increíble que parezca, estas dos lenguas no están muertas, en absoluto, sino al contrario, podemos encontrar una gran variedad de palabras y expresiones griegas o latinas que permanecen aún en nuestra forma de comunicación actual. El autor hace referencia a esto ya que, según él, si no las estudiáramos nos estaríamos alejando y olvidando de nuestras raíces porque ambas son la base de la actual civilización occidental, es decir, la base de nuestra cultura, sociedad, lengua, etc. Por esa razón, porque el griego y el latín envuelven nuestras vidas deberíamos empezar a conocer de dónde surgió lo que nos rodea.
A pesar de la aparente importancia que el autor dice que tienen estas lenguas en nuestras vidas, en los colegios españoles se demuestra lo contrario. Podemos observar con facilidad que las asignaturas de griego y latín no son elegidas por una gran cantidad de alumnos por el hecho de que no serán útiles para ganarse un futuro, ya que, supuestamente, no llevan a ninguna parte. Esto, visto desde el punto de vista de una alumna que tiene curiosidad por las lenguas grecorromanas, muchas veces hace que puedas recibir comentarios que desvaloricen el mérito de estar estudiando lenguas clásicas y que te puedas plantear si en realidad merece la pena esforzarse para que no se pierdan. Generalmente, suelen ser comentarios de rivalidad desde el ámbito científico los que nos hacen creer que es inútil estudiar una modalidad humanística porque el ámbito científico está mejor aprobado socialmente que el humanístico.
Los de letras estamos acostumbrados a escuchar comentarios como, "no encontrarás un buen trabajo relacionado con esas lenguas", "los trabajos de ciencias tienen más salida", y otros relacionados. Pero nadie se para a pensar cómo ha llegado a tener tanta importancia esa rama y es que, en contradicción con lo que muchos piensan, las letras sí que han influido en gran medida a las ciencias. Gracias a etimologías griegas y latinas surgen la gran mayoría de palabras que se usan en el ámbito científico y si vamos a la raíz de ellas es más fácil encontrarles un significado con sentido.
En ese aspecto, hablando desde mi punto de vista, se deberían tener más en cuenta y valorizarse más socialmente los estudios de letras, los humanísticos, los nuestros, porque sin ellos no seríamos capaces de comunicarnos ni de comprender mucho de lo que nos rodea.
Esta lectura, por lo tanto, sería interesante que la tuvieran no sólo los que estudiamos griego y latín, porque nosotros ya conocemos su importancia y estamos en el camino de defender nuestras raíces, sino que sería oportuno que también lo leyeran y se pararan a reflexionar diversos alumnos de la modalidad científica. Ojalá de ese modo se pudiera abrir la mente en la sociedad hacia una enseñanza en la que sean igual de importantes y merecedores los estudios del ámbito científico como del ámbito humanístico.
IRENE BAGÁN ( 2n BATX.)